domingo, diciembre 02, 2007

El Otoño de mi Vida


No sé si alguno de ustedes conoce una canción de Colin Hay que se llama I Just Don’t Think I’ll Ever Get Over You. Para mí esa canción es como una caja de Pandora porque cada vez que la escucho todos los sentimientos más dolorosos que he conocido salen a flote de las oscuridades donde los mantenía encadenados. Es sobre una niña que quise mucho y que, cada vez que escucho esta canción, recuerdo que todavía la quiero. Y recuerdo también el hoyo en que caí por ella…
Les contaré por esto la historia de mi desgracia, que para todos parecerá una lesera chica y sin importancia. Pero si me conocen sabrán que mi vida siempre ha sido súper tranquila, sin sobresaltos y con pocas historias interesantes. Una pérdida de tiempo, según mi punto de vista. Soy una persona apegada a las reglas, creo, poco osada, una característica que odio de mí mismo porque es lo que me mantiene atado al suelo, imposibilitado de crear y de aprovechar todo el potencial que sé que tengo dormido por ahí dentro. Imposibilitado de cumplir mis sueños, a veces humildes pero generalmente bien cabrones, bien soberbios.
Yo antes era muy soñador, y me encantaba estar en compañía de mí mismo porque siempre tenía cosas interesantes que contarme. Ideas nuevas, sistemas enteros filosóficos o religiones inventadas venían a mi cabeza sin cabecearme en absoluto. Soñaba con vivir las vidas de todas las personas del mundo, tomar sus lugares y conocer todo lo que el espíritu humano podía ofrecer. Sentir intensamente. Deseaba el dolor máximo, porque así crecería y me haría más sabio, decía yo. Deseaba obviamente la felicidad perfecta también, con el verdadero amor a mi lado y ser recordado para siempre. Vivía sobre una nube, desde la que miraba al mundo y con eso me bastaba, el futuro estaba lleno de posibilidades y yo las aprovecharía todas a su tiempo. Y realmente me iba bien de esa forma y era feliz, ahora lo sé porque recuerdo esos tiempos con profunda nostalgia.
Y llegó un tiempo que fue hermoso, hice nuevas amistades y tuve nuevos amores. Eran personas interesantes, de las que nunca faltaron en mi vida, y cada vez conocía más y me acercaba más a ellas. Tanto que como el mosquito a la llama me acerqué demasiado y salí herido. Me acerqué tanto al planeta de una cierta persona que ví más de lo que querría haber visto, ví cosas horribles y que quisiera olvidar Y sus errores (así como los míos) me costaron muy caro, ya que le hicimos mucho daño a una persona que más tarde reconocería yo que nunca habría querido sacar de mi vida tan fácilmente. Las cosas con ella nunca han vuelto a ser iguales.
Con estas dos personas perdí al mundo nuevo que estaba conociendo. O quizás no lo perdí, sino que se empañó y nunca pude volver a verlo con los mismos ojos. La confianza en el mundo y mi propia inocencia las perdí casi enteramente con estos atados que pasaron. Sin embargo, el golpe de gracia todavía estaba por venir.
Eso pasó al poco tiempo después, como al par de meses, cuando se terminaron las vacaciones de verano y volví a Santiago. Para esos días yo ya había depositado todo lo que quedaba de mi confianza y mi amor en la niña de la canción de Colin Hay. Ella era mi amiga de tiempo atrás y yo le empecé a tener muchas ganas, como para probarme a mí mismo que a pesar de todo seguía siendo el rey. Así que empecé a preparar el terreno. Los días antes de volver a Santiago la empecé a llamar cada vez más seguido, gastando a veces la tarjeta entera de 3 500 en un puro ratito. La sentía cada vez más cerca de mí… y cuando ya por fin llegó el día de volver a la capital, lo primero que hice fue llamarla para que nos viéramos. Entonces cayó el sol y tomé una micro hasta su edificio.
Juro que verla fue mágico y tuve que aguantarme para no abrazarla y tirarnos rodando por el pasto. Cada vez que la veía era así, y ella sentía lo mismo que yo. Subimos y me mostró su departamento, me presentó a su vieja y me dio un recorrido por su pieza (con su cama hundida en un lado, que yo no sé como mierda dormía ahí) y los cds del equipo del living, que eran pura música buena. Yo estaba enamorado de todo lo que veía, hasta de su gato y sentía un cariño absurdamente huevón hasta por su vieja porque se parecía a ella. También me mostró las estrellas en un balcón y me regaló un llavero que todavía uso y que seguiré usando hasta que mi amor por ella se extinga.
Bajamos en el ascensor sentados en el suelo jugando un quemado que ya no sé quien ganó, y apretando botones como pendejos chicos, porque así es justamente como me sentía, como un pendejo chico, feliz de la vida y muerto de la risa. Ella se escondió detrás de unas plantas en el hall y yo me acosté después con ella en el piso de mármol escuchando música. Salimos a caminar varias cuadras, pasando por fuera de un restaurant con moais. Pero yo solo la miraba a ella…
Para cuando llegamos a un paradero y ella escribió nuestros nombres en el vidrio plástico yo ya estaba en las nubes y no lo podía creer, era simplemente demasiado genial para ser verdad, ¡tenía que ser un sueño! Y volvimos… y en el camino le dije que la quería y que deseaba estar con ella para siempre. Aquí en mi historia hay una laguna y lo único que recuerdo después es encontrarme acostado sobre ella en la escalinata de la terraza de la piscina en el jardín del edificio, besándola en esos labios tan rojos, mirando dentro de sus profundos ojos negros hacia un mundo que me absorbió por un momento que ignoro si duró un minuto o un millón…
Esa noche cambió mi vida porque me dio un recuerdo que todavía no puedo procesar. Por ese recuerdo es que me interesé después por las experiencias de éxtasis de los místicos religiosos. Por ese recuerdo es que lo que siento a veces sigue vivo. La experiencia de lo divino queda en tu alma, te engulle y luego te escupe, te deja sin palabras, más allá, cerca de lo inexplicable y de lo más intrínseco del alma humana.
Al despedirnos ella a través de la reja me dijo que solo me quería como amigo, que lo que pasó entre nosotros fue algo muy lindo pero que no debía pasar de eso. Dijo que le gustaba otro, de hecho ya me lo había dicho pero me sentía tan feliz que no me importó, así volví a mi casa saltando y cantando como huevón con suerte.
Los días que vinieron fueron lo peor que he podido conocer. De golpe perdí toda la confianza que sentía y toda la fe que podía tener en enamorarla de mí. Sus últimas palabras resonaban en mis oídos una y otra vez. La llamaba y la sentía fría y distante (o talvez era yo el distanciado). El sueño se hizo trizas y lloré a mares por una semana entera, como nunca antes. No puedo explicar por qué soy tan gil para estas cosas, solo les digo que si vieron la película La Ciencia del Sueño ahí tienen a un personaje casi calcado a mí, entonces por lo menos no soy el único leso en el mundo.
Así pasó el tiempo y la perdí como amiga y como amor. En días la odiaba a muerte y en otros solo quería comérmela a besos otra vez como el bombón que era, y en la oscuridad invernal del bus de Linatal escuchaba el soundtrack de Garden State, y me hacía pedazos, sus canciones enterrándoseme en el pecho como cuchillos (de ahí la canción de Colin Hay). Para más remate ese año cambié de ambiente en la universidad, con gente totalmente desconocida y a mi parecer bastante rara. Ese año 2006 fue un desastre social, en que ya no era capaz de entrar a la sala de clases por que sentía terror. Esos días volvía la casa llorando en la micro.
Esta es la primera vez que me decido a ser totalmente sincero en el blog, con todos mis defectos a la vista. Es como si toda la magia que conocía y que inspiraba en otras personas se haya agotado con estas cosas que me pasaron. Como que me dormí. Igual este año me he sentido bien, al menos mucho mejor que el año pasado, pero nunca es suficiente, siempre falta algo y me siento incompleto. Olvidé quien soy, se me escapó de las manos y ya tampoco tengo la capacidad de sentir como antes. Podría arrojarme a las adicciones o mandar todo a la mierda y creo que no sería tan terrible, al menos me purificaría y me daría un nuevo comienzo, no sé. Entenderán ya de donde salió la historia del Joven y su alma. Esa historia me hará famoso cuando descubra como encontrarla.

sábado, diciembre 01, 2007

Nick Drake

"Perhaps we fear the magic will evaporate, or we will suddenly see the strings that keep the angels in the air".

"Talvez temamos que la magia se evapore, o que de repente descubramos las cuerdas que mantienen a los ángeles en el aire".


(si quieres saber quien es Nick Drake y qué es lo que significa esta entrada, busca en google)