El tiempo, como el viento, borra todas las huellas de lo que ha pasado por la tierra. Los hombres, las bestias y los árboles se deshacen en infinitos granos de la arena en que fueron forjados y se vuelan como cenizas, y de la tierra desparramada la lluvia modela nuevas formas originales que experimentarán el mismo proceso de división y renacimiento. Somos todos polvo de estrellas, escombros de Dioses olvidados que sucumbieron ante la fragmentación yóica de la locura o del simple y amargo tedio. Resultado: la vida y la muerte de seres incompletos de todas las tierras, a lo largo y ancho del universo.
Podrá ser una inconcebible insolencia según sus criterios y reglamentos que yo lo pida pero, Estrellas presentes, registren con tinta multicolor en los anales del tiempo más allá del tiempo, el clamor del poderoso deseo. Más allá del momento de mi muerte y de incontables posibilidades de reestructuración atómica con cuerpos ajenos, cuando los relojes eternos renuncien a contar los eones, es mi voluntad que hagan ustedes una excepción cósmica y me permitan atraer mis dispersas moléculas originales una vez más, en exactamente la misma composición y organización en que me encuentro esta noche, para volver a vivir mi vida y ser el mismo hombre otra vez, poseer el mismo cuerpo y vislumbrar con los mismos ojos pardos el futuro distante que mi imaginación fracasa en concebir.
No es mi intención perturbar su glorioso plan armónico, es solo un tema de curiosidad humana. Mi espíritu es fuerte, y despertará algún día para reclamar sus partes, como el antiguo Horus del desierto. En ese momento llevaré a cabo los ritos crepuscularios de llamada y ustedes abrirán sus ojos y sus bocas en el aire frente a mí. Cumplan mi deseo último, háganme uno de ustedes, libérenme del vacío de la existencia incorpórea del humo. Yo juro convertirme en su emisario astral, servidor y adorador, el profeta silencioso del nuevo orden, si soy escuchado.
Así ha hablado Qohelét, el Arcano.
Nota: Estos textos son ficticios y no reflejan ni siquiera los pensamientos y opiniones de su autor. Cualquier semejanza o correspondencia con la realidad es pura coincidencia.